Un inversor monofásico es un dispositivo electrónico que convierte la corriente continua (CC) en corriente alterna (CA) de una sola fase. Es decir, toma una fuente de alimentación de corriente continua, como una batería, y la convierte en una señal de corriente alterna que puede ser utilizada para alimentar dispositivos eléctricos monofásicos, como lámparas, electrodomésticos, herramientas eléctricas, entre otros.



Los inversores monofásicos
Suelen utilizarse en aplicaciones de energía renovable, como paneles solares o turbinas eólicas, donde la energía generada es de corriente continua y se necesita convertirla en corriente alterna para su uso en el hogar.
Pueden tener una potencia de salida que va desde algunos vatios hasta varios kilovatios, dependiendo de la aplicación para la que se utilice. También pueden incluir características adicionales como protección contra sobrecarga, protección contra cortocircuitos, protección contra sobretensión, monitoreo de la temperatura, entre otras.
En general
Estos dispositivos compactos, ligeros y portátiles, lo que los hace fáciles de transportar y de instalar en diferentes lugares. Además, son bastante eficientes en la conversión de energía, lo que significa que la cantidad de energía que se pierde en la conversión es mínima.
Cabe destacar que, aunque los inversores monofásicos son útiles para aplicaciones monofásicas, no son adecuados para aplicaciones trifásicas. En aplicaciones de energía trifásica se requiere un inversor trifásico.
En resumen
Son dispositivos electrónicos que convierten la corriente continua en corriente alterna monofásica. Son útiles para aplicaciones de energía renovable y sistemas de respaldo de energía, así como para alimentar dispositivos eléctricos monofásicos en el hogar o en la empresa. Existen diferentes tipos y configuraciones de inversores monofásicos, y la elección del tipo de inversor dependerá de la aplicación específica y de las necesidades energéticas del usuario.